La llegada de Trump convierte ‘1984’ en fenómeno de ventas.
Cuando escribió 1984, George Orwell no pensaba en una
sociedad futura, sino en el presente. Su distopía no pretendía ser una
metáfora, sino una descripción de los totalitarismos del siglo XX, sobre todo
del estalinismo. Sin embargo, este libro, escrito en 1948, se ha convertido de
nuevo en un punto de referencia en la era de Donald Trump, donde la posverdad y
los "hechos alternativos" se han apoderado de la política.
La novela
del escritor británico, nacido en 1903 y fallecido en 1950, se ha alzado entre
los libros más vendidos en Estados Unidos en Amazon, el gigante digital del
comercio on-line, pero el fenómeno también ha llegado a España.
Orwell habla en su libro de una nueva lengua y su
protagonista trabaja en el Ministerio de la Verdad, que se ocupa de establecer
lo que es falso y lo que es verdadero. Los hechos son definidos por el Estado,
no por los ciudadanos. Son conceptos que resultan bastantes inquietantes en la
actualidad, en un momento en que una de las principales asesoras de Trump,
Kellyanne Conway, la que ha sido su jefa de campaña y consejera del presidente
en la Casa Blanca, ha acuñado el concepto de "hechos alternativos",
que consiste básicamente en negar las evidencias empíricas, como ha ocurrido con
la polémica sobre el número de personas que asistieron a la toma de
posesión. Uno de los comentarios sobre
el libro en Amazon, escrito el 23 de enero, decía: "Hoy Kellyanne Conway
anunció que nos estaban proporcionando hechos alternativos. Son sombras de un
pasado que cambia mientras se controla el presente. Tenemos que estar
preparados para la fiesta como si estuviésemos en 1984".
Con Orwell, el Ministerio de la Verdad se ocupa de
establecer los hechos que deben ser ciertos para unos ciudadanos constantemente
vigilados por el Gran Hermano —una de las muchas intuiciones de Orwell en el
libro es la omnipresencia de la televisión, que no solo se usa para ver, sino
también para ser vistos—. La nueva lengua, que sirve para simplificar la forma
en que se expresan los ciudadanos y así evitar sentimientos y pensamientos no
deseados, es definida así por Orwell al final del libro: "El propósito de
la nueva lengua no era solo proporcionar un medio de expresión a la visión del
mundo y los hábitos mentales de los devotos del Socing [la ideología dominante
en el mundo orwelliano], sino que fuese imposible cualquier otro modo de
pensar. La intención era que cuando se adoptara definitivamente la nueva lengua
y se hubiese olvidado la viejalengua, cualquier pensamiento herético fuese
inconcebible, al menos en la medida en el pensamiento que depende de las
palabras”.
Otros conceptos acuñados por Orwell en su novela son la
policía del pensamiento, el doblepiensa o la mutabilidad del pasado. También
describe lo que llama los "dos minutos de odio", que tienen profundos
ecos en los venenosos discursos o tweets dirigidos a cualquiera que piense
diferente o que sea diferente del presidente Trump. Esos "dos minutos de
odio" consisten en ofrecer a todos los ciudadanos la imagen del archienemigo
del Estado, Goldstein, que defendía conceptos aberrantes como "la libertad
de expresión, la libertad de prensa, el derecho de reunión y el derecho de
opinión".
No es la primera vez, ni de lejos, que 1984 vive un boom por
su capacidad para reflejar la realidad. En 2013, cuando se produjeron las
revelaciones de Edward Snowden sobre el espionaje masivo de EE UU, la novela
también saltó a las listas de más vendidos. En el prólogo a la edición
española, Eco escribe: “El libro es un grito de alarma, una llamada de atención,
una denuncia, y por eso ha fascinado a millones de lectores en todo el
mundo". Seguramente, ni el propio Orwell sospechaba hasta dónde iba a
prolongarse la vigencia de su obra.
La obsesión por la verdad
Nacido en la India británica, en 1903, y fallecido en
Londres, en enero de 1950, Eric Arthur Blair, George Orwell, no solo fue un
gran novelista, autor de dos de las obras más conocidas del siglo XX, ambas
sobre los totalitarismos: la distopía 1984 y la fábula nada infantil Rebelión
en la granja —"Todos los animales son iguales, pero algunos son más
iguales que otros"—, fue también un gran periodista y ensayista —un
trabajo que la editorial Debate ha recopilado en España en dos imprescindibles
tomos—. También escribió una obra autobiográfica muy importante sobre la Guerra
Civil, Homenaje a Cataluña, en la que narra su lucha en el frente, pero también
la represión que los comunistas teledirigidos desde la URSS lanzaron contra el
POUM, el partido trotskista en el que militaba.
Su relato sobre el conflicto español está marcado por una
obsesión: la verdad. De
hecho, como él mismo forma parte del relato, esta es la
advertencia que da al final: "Tenga cuidado el lector con mi partidismo,
con mis detalles erróneos y con la inevitable distorsión que nace del hecho de
haber presenciado los acontecimientos desde un lado. Y tenga cuidado, exactamente
el mismo cuidado con las mismas cosas cuando lea otros libros sobre este
periodo de la Guerra Civil española".
La profunda honestidad de Orwell es para muchos autores un
ejemplo de lo que debe ser el mejor periodismo, un militante socialista que no
duda en denunciar el terror del socialismo real. Existen pocos escritores tan
alejados de la posverdad o los "hechos alternativos" (lo que antes se
conocía como mentiras o patrañas). En su ensayo Historia del presente, el
británico Timothy Garton Ash escribe sobre Homenaje a Cataluña: "No hay la
menor duda, ni por un instante, de que está esforzándose en ser lo más
exacto posible, para hallar la verdad
objetiva que siempre debe separar las llanuras de la historias y el periodismo,
de las montañas mágicas de la ficción”. Garton Ash cita además una frase del
novelista polaco Jerzy Kosinski: “Me interesa la verdad, no los datos, y soy lo
bastante viejo como para conocer la diferencia”.
"No es que Estados Unidos se haya convertido en
Oceania", el país donde transcurre 1984, explica Alex Woloch, profesor de
literatura en la Universidad de Stanford (EE UU) y autor de Or Orwell: Writing
and Democratic Socialism (Harvard University Press). "No se ha suprimido
la libertad de expresión, ni se ha impuesto la censura ni tampoco un sistema de
vigilancia masiva, ni se llevan a cabo ejecuciones por motivos políticos, no es
eso", prosigue. "Pero el nacionalismo de Trump, su retórica
autoritaria y, por encima de todo, su agresiva ignorancia de la verdad ha hecho
saltar todas las alarmas, sobre todo su deslegitimación de sus enemigos. Todo
eso nos lleva a Orwell y a la forma en que insistía en que las mentiras son
mentiras y en que los hechos importan".
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