LAS NOVELAS DEL CUBANO LEONARDO PADURA, FORMAN PARTE DEL
INTERESANTE PANORAMA DE LA NARRATIVA LATINOAMERICANA ACTUAL. DESDE EL
PERIODISMO EN LA ISLA, PADURA BUSCA ALGO MÁS QUE CONTAR HISTORIAS.
Por Jaime Clara.
A riesgo de cometer una injusticia, porque es un desafío de largo aliento, se puede elegir a El hombre que amaba a los perros, como la gran novela del escritor Leonardo Padura (La Habana, 1955) "La novela resulta ser un extraordinario fresco que recorre las ideologías de izquierda en aquellos años, desde la Unión Soviética a la Guerra Civil española y la II Guerra Mundial, en un sueño que se quedó en nada, lobotomizado por una gigantesca maquinaria de destrucción masiva y por sus propias e internas inquinas, combates y deseos de poder. Trotskistas, comunistas, marxistas, menchevistas, anarquistas… aparecen disputándose la tierra de la utopía, incapaces de llevar a buen puerto en ninguna parte del mundo el sueño más poderoso que hombre alguno hubiera jamás imaginado, un sueño que acabó siendo una aterradora pesadilla", escribió la crítica Yolanda Izard, en el portal Revista de Letras
Hace un par de años, el diario El País de Madrid,
entrevistó a Padura a propósito de la tardía publicación de esta novela en la
isla. En esa nota, a la pregunta sobre cuál es la peor secuela que dejó en Cuba
el estalinismo, el escritor respondió "un modelo económico. La economía
socialista la creó Stalin a partir de las colectivizaciones a las que se lanzó
en 1929, justo cuando estaba desterrando a Trotski. El resto de la historia
corre por ese derrotero que nació con todos los traumas que acompañaron a aquel
proceso."
La entrevista continúa con la pregunta sobre cuántos
males actuales de su país se derivan de aquellos truenos;
"muchísimos", contesta. "La entronización de una burocracia
siempre retardataria y cobarde; la eliminación de diversas formas de propiedad
en favor de la estatal y la formación de un macro Estado que lo controla (o
pretende) todo; la retórica; la verticalidad en las decisiones; la fusión de
Estado, gobierno y partido único..." Hay que asumir que el Gobierno cubano
ha flexibilizado algunos aspectos de la vida económica en la isla. ¿Qué
credibilidad le da Padura a esos cambios? "Toda la que puedo, con todo el
optimismo que puedo, pues creo que la gente en Cuba se merece vivir mejor...
Pienso que se ha puesto en marcha una maquinaria de transformaciones que solo
ha dado sus primeros pasos, en lo social y en lo económico. Presiento que en un
futuro no muy lejano vamos a ver más transformaciones y los resultados que
éstas traerán para la sociedad y la economía van a cambiar muchísimo la vida
cubana. Sé que este proceso va a generar traumas, pero lo importante es que
algo se mueve donde se había establecido el inmovilismo." Y sentenció que
"los cubanos se merecen vivir mejor".
Padura es el creador de un particular detective, Mario
Conde, que es el protagonista de varias de sus novelas. Es una especie de alter
ego, casi que como Pepe Carvalho para Manuel Vázquez Montalbán. Conde está
descantado, es nostalgioso, desilusionado por la revolución y descreído de las
promesas que se hacen por doquier. Su saga lo ha hecho ser uno de los autores
cubanos más leídos en la actualidad, o el más, directamente.
Un largo viaje
Hace algunos meses, llegó a Uruguay el libro El viaje más
largo, un trabajo de Padura de periodismo narrativo. Lejos de la ficción de sus
novelas, el escritor cuenta la experiencia de unos talleres de periodismo
literario, realizados hace algunos años en Cuba. "Los escribí pensando en textos
que no murieran con su publicación y que tuvieran una existencia un poco más
dilatada. Me agrada mucho que esos trabajos escritos hace tantos años se
publiquen, se editen y se estudien en las escuelas de periodismo como una forma
de utilización de las técnicas narrativas, del lenguaje, del oficio
literario", dijo en una entrevista con el diario La Nación de Buenos
Aires.
Se trata de una serie de reportajes aparecidos en la
publicación cuabana Juventud Rebelde entre 1984 y 1990. Son crónicas que recrean
historias mínimas de la historia y la vida cotidiana de la isla. Después de ese
paréntesis creativo, cercano a la narración y a la literatura, en la historia del periodismo cubano, en los
años 80, Padura explica que hubo un retorno a una prensa "politizada y
utilitaria" que presenta "una imagen edulcorada del país".
En la citada entrevista con La Nación, se definió como
"un escritor independiente y un periodista que no vive de ese oficio, pero
que no deja de practicarlo, aun cuando mi trabajo de los últimos casi 20 años
se haya publicado más fuera de Cuba que en Cuba. No sé si soy tolerado, si
alguien lo pensó y me dio esa categoría, lo que sí sé es que he podido hacer mi
trabajo reciente sin que nadie me moleste. Aunque, claro, pago el precio de que
mi periodismo no se divulgue en Cuba, que la gente tenga que leerlo de manera
aleatoria, cuando alguien reenvía por correo electrónico alguna de mis
crónicas. Pero es un precio que pago con agrado, a cambio de libertad."
La franqueza, muchas veces, no se perdona. Y esa
entrevista fue criticada por varios intelectuales. Se le achacó a Padura ser
crítico con el régimen cubano y sobre las dificultades de ejercer libremente el
periodismo en la isla. Para muchos, el escritor debió callar.
Desde Uruguay,
hubo una defensa a la posición de Padura. Surgió de parte del escritor Fernando
Butazzoni, que en su blog, respondió, con similar franqueza, a las críticas
contra el cubano.
Escribió Butazzoni que "si Padura se hubiera llamado
a “prudente silencio”, si no fuera un verdadero hereje, hoy no tendríamos ni La
novela de mi vida, ni a Mario Conde, ni ese buceo profundo al corazón mismo de
la cubanía que es El viaje más largo. Sin esos libros Padura no sería quien es,
Cuba no tendría hoy a una de sus glorias nacionales, La Nación no lo hubiera
entrevistado (...) No es bueno llamar a
silencio, porque el ser humano es un animal palabrero y porque las sociedades
son en definitiva construcciones colectivas y las exclusiones siempre suponen
una peoría. ¿Qué sociedades queremos en nuestro continente? ¿Qué hacemos para
fomentar la libertad de expresión en todas sus formas? ¿Queremos fomentarla?
¿Qué tipo de democracia estamos construyendo? ¿Queremos construirla? ¿Qué
ámbitos de libertad propiciamos? ¿Qué espacio para la diversidad? ¿Y para el
diálogo? ¿Qué alternativas proponemos al fin de la “utopía socialista”? ¿Qué
tiene que ver el socialismo chino con el socialismo? ¿Y el socialismo del siglo
XXI? (...) Me quedo con el “miope unilateralismo”
de Padura, con sus descripciones de los conventillos de La Habana Vieja, con su
arroz congrí y su ron barato y sus desencantos y frustraciones. Me quedo con
sus temores y corajes, con lo que dice y con lo que calla. Me quedo con todas y
cada una de sus herejías. Las prefiero mil veces porque explican la realidad
mil veces mejor que el más sesudo de los análisis académicos. Y porque dicen
verdades que contribuyen de manera provocativa a la reflexión acerca del
futuro, que en definitiva es lo único que tenemos por delante."
Bonus track: algunas obras de Padura
Novelas en las que figura Mario Conde
* Tetralogía Cuatro estaciones. Las novelas que la
conforman están ambientadas en las distintas estaciones del año
* Pasado perfecto
* Vientos de cuaresma
* Máscaras
* Paisaje de otoño
* Adiós Hemingway
* La neblina del ayer
* La cola de la serpiente
* Herejes
Otros libros
* Fiebre de caballos
*La novela de mi vida
* El hombre que amaba a los perros
* Según pasan los años
* El cazador
* La puerta de Alcalá y otras cacerías
* Nueve noches con Amada Luna
* Mirando al sol
* Con la espada y con la pluma: comentarios al Inca
Garcilaso de la Vega
* Colón, Carpentier, la mano, el arpa y la sombra
* Estrellas del béisbol. El alma en el terreno.
* El viaje más largo
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