La escritora
canadiense Alice Munro, quien ganó este jueves el Premio Nobel de Literatura,
se volvió célebre escribiendo relatos cortos sobre mujeres y basados en la vida
rural en Ontario, lo cual le valió el ser comparada a Chéjov.
A pesar del éxito
y de una cosecha impresionante de premios literarios desde hace cuarenta años,
la autora de Lejos de ella (llevada al cine en 2007) y Demasiada felicidad
(2009) mantiene un bajo perfil, a imagen de sus personajes, esencialmente
mujeres, y en cuyos textos jamás se pone de relieve la belleza física.
Probablemente un reflejo de las influencias puritanas que marcaron su infancia.
“No es una
escritora mundana, se la ve raramente en público, no asiste a los lanzamientos”
de libros, comentó David Homel, escritor, traductor y crítico literario
estadounidense que reside en Montreal.
Es decir, Munro,
es completamente distinta a Margaret Atwood, la otra gran dama de la literatura
anglófona canadiense.
Nacida el 10 de
julio de 1931 en Wingham, en el oeste de la provincia de Ontario, conoció de
cerca a la sociedad rural. Su padre, Robert Eric Laidlaw, era un criador de
zorros y aves de corral y su madre fue maestra de escuela.
Ya en su
adolescencia, decidió transformarse en escritora, un camino del que no se
desviará a lo largo de su vida.
“No tengo ningún
otro talento, no soy una intelectual y me desempeño mal como ama de casa. Nada
podría venir a perturbar lo que yo hago”, dijo Munro hace unos años.
Su primera novela,
“The Dimensions of Shadow”, se publicó en 1950 mientras estudiaba en la
Universidad Western Ontario.
NO DIABOLIZA A LOS HOMBRES
Fue durante sus
estudios cuando conoció a James Munro, con quien se casó en 1951 y se trasladó
junto a él a Vancouver (oeste de Canadá). La pareja tuvo cuatro hijos. En 1963,
se instalaron no lejos de allí, en Victoria, y abrieron la librería ‘Munro’s
Books’, un establecimiento que alcanzó fama en Canadá y Estados Unidos.
Alice Munro
recibió el Premio del Gobernador general por su primera recopilación de
novelas, “Dance of the Happy Shades” (La danza de las sombras), editada en
1968. Recibió además otros galardones, sin contar varias recompensas en el
extranjero, en tanto sus cuentos cortos, a menudo basados en la vida simple del
condado de Huron, en Ontario, se difundieron en exitosas publicaciones como The
New Yorker y The Atlantic Monthly.
“Ella escribe
sobre mujeres y para mujeres, pero no diaboliza a los hombres”, precisó David
Homel.
Sus temas y su
estilo, marcado por la presencia de un narrador que explica el sentido de los
acontecimientos, le valieron el ser calificada como “nuestro Chéjov” por la
escritora estadounidense de origen ruso Cynthia Ozick.
Tras su divorcio
en 1972 se instaló como “escritora residente” en la universidad de Western
Ontario. En 1976 se casó nuevamente con Gerald Fremlin, un geógrafo fallecido
en abril pasado y con quien vivió en su provincia de origen.
Una de sus
novelas, que fue adaptada para cine por Sarah Polley en 2007 y tuvo como
protagonista a Julie Christie, obtuvo dos nominaciones para los Oscars, y fue
reeditada recientemente con el mismo título que la película: “Away from Her”
(Lejos de ella).
En 2009, recibió
el prestigioso galardón Man Booker Internacional Prize antes de revelar que
había vencido un cáncer, una enfermedad que afectó a una de sus heroínas en un
relato publicado en febrero de 2008 en The New Yorker.
“Alice Munro es
conocida sobre todo como autora del relato corto pero ella aportó tanta
profundidad, sabiduría y precisión en cada historia como lo hace la mayor parte
de los novelistas en toda su obra”, justificaba el jurado que le concedió el
premio. “Al leer a Alice Munro cada vez se aprende alguna cosa que usted no
había pensado antes”, precisaban.
Con gran lucidez a
sus 82 años, Munro ha publicado en 2012 “Dear Life”, que podría ser su
decimocuarta y última recopilación, dijo ella tras explicar que quería seguir
el ejemplo del estadounidense Philip Roth. AFP
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