Carta que el
gaucho Martín Fierro dirige a su amigo
don Juan Manuel Blanes, con motivo de su
cuadro
"Los treinta y tres orientales"
1
Amigo don Juan
Manuel,
que se halle, me
alegraré,
sano del copete al
pie.
Y perdone si en su
carta
algún disparate
ensarta
este servidor de
usté.
2
Una suya recebí
punteada con todo
esmero,
y al verlo tan
cariñero
dije para mí, a
este Blanes,
no hay oriental
que le gane
como amigo
verdadero.
3
Y aunque me diga
atrevido
o que a la Luna le
ladro,
como ese bicho
taladro
que no sabe
estarse quieto
en todas partes me
meto
y me metí a ver
"su cuadro".
4
Por supuesto, los
diez pesos
los largué como el
mejor,
yo no soy
regatiador,
y ya dentré a ver
después
los famosos
"Treinta y tres"...
¡Ah, cuadro que da
calor!
5
Me quedé medio
azorao
al ver esa
comitiva.
Lo miré de abajo
arriba
pero, ¡que el
diablo me lleve!,
si parece que se
mueve
lo mesmo que cosa
viva.
6
Encima le han
colocao
un sol que valdrá
un tesoro.
Lo habrán puesto,
no lo inoro
como en el naipe
español;
pues habrán dicho
esos toros
"a todos
alumbra el sol".
7
Y esa gente tan
dispuesta
que su páis va a
libertar,
no se le puede
mirar
sin cobrarles
afición...
¡Si hasta quisiera
el mirón
poderlos
acompañar!
8
Para mí, más
conocida
es la gente
subalterna;
mas se ve que
quien gobierna
o lleva la
dirección,
es un viejo
petizón
que está allí
abierto de piernas.
9
Tira el sombrero y
el poncho
y levanta su
bandera
como diciendo
"Andequiera
que flamé se ha de
triunfar,
vengo resuelto a
peliar
y que me siga
quien quiera."
10
Le está saliendo a
los ojos
el fuego que el
pecho encierra,
y señalando a la
tierra
parece que va a
decir:
"Hay que
triunfar o morir,
muchachos, en esta
guerra."
11
Y animando aquella
gente
que a lidiar se
precipita,
mientras se mueve
y agita
con la proclama
del viejo,
hay uno que dende
lejos
le muestra una
crucecita.
12
Cerca de él hay
otro criollo
de poncho y de
bota fina.
Se ve que en la
tremolina
hará aujero si
atropella,
ha agarrao la
carabina
como pa darles con
ella.
13
Al lao, el de
camiseta,
ya deja ver que es
soldao;
está muy
arremangao
como hombre
resuelto a todo,
se le conoce en el
modo
que ha sido algún
desalmao.
14
Hay otro de
pantalón,
tirador bordao de
seda;
que le resista
quien pueda
cuando llegue a
gritar ¡truco!
ha echao al hombro
el trabuco
y se ha metido en
la rueda.
15
De pantalón va
también
otro de sombrero
al lao;
es resuelto y
animao
pero de un modo
distinto:
tiene el naranjero
al cinto
y parece más
confiao.
16
Hay otro viejo
gritando:
"¡A mí naides
me aventaja;
en cuanto suene la
caja
he de responder al
grito!"
Tiene en la mano
un corvito
que ha de estar
como navaja.
17
Ese que está
arrodillao
no me deja de
gustar,
uno puede asigurar
que va a decir
-cuando hable-
"Todos tienen
que jurar
sobre la hoja de
este sable."
18
Que ha de haber
sido algún bravo,
en el ademán se
alvierte;
y para estar de
esa suerte,
dije yo, lo han
elegido
o por ser más
decidido
o por tener bota
juerte.
19
Me gusta el de
casaquín,
se le nota el
movimiento
como que en ese
momento
tira su sombrero
arriba,
a tiempo que pega
un "¡viva!"
medio loco de
contento.
20
Pero entre tanto
valiente
dende lejos se
divisa
el que en mangas
de camisa
se hace notar el
primero.
Un gaucho más
verdadero
no he visto, ni en
los de Urquiza.
21
Espuela y botas de
potro,
todo está como
nacido;
es patriota
decidido,
se ve que resuelto
está;
para mejor, le ha
salido
medio escaso el
chiripá.
22
En el amor y en la
guerra,
en todo habrá sido
igual;
tiene, en trance
tan formal,
el enemigo en
contorno;
pero no olvidó el
adorno
de cola de
pavo-rial.
23
Le adivina la
intención
todito aquel que
lo vea;
para dentrar en
pelea
revela hallarse
dispuesto,
y de fantástico ha
puesto
de dragona la
manea.
24
Lleva su ropa y
sus armas
como quien las
sabe usar;
con gracia sabe
arreglar,
su trabuco en la
cintura;
muestra ser por la
figura
sin asco para
matar.
25
Y además de
algunos otros,
me ha llamado la
atención
uno que está en un
rincón
como quien no dice
nada,
se ha largao a la
patriada,
descalzo y de
pantalón.
26
Y yo, para mí,
decía:
éstos hacen lo que
deben;
y varones que se
atreven
con voluntá
decidida
a jugar ansí la
vida,
tal vez ni
cigarros lleven.
27
Van a libertar su
páis,
peliando con
valentía;
quizá ni ropa
tendrían,
pero nada los
sujeta;
hasta las mismas
maletas
están, ¡ay!, medio
vacías.
28
La carabina y el
sable
que están tirados
allí,
pensé yo al verlos
así:
o alguno se ha
hecho avestruz
o son de aquel de
la cruz,
que los ha dejao
allí.
29
A la distancia se
llevan
el bote los
marineros,
los mismos que lo
trujieron
se retiran apuraos.
Ya se ve, que les
hicieron
la compañía del
horcao.
30
Parece que van
diciendo:
"Áhí quedan
sin esperanza,
y vámonos sin
tardanza,
si viene juerza
enemiga;
tal vez ninguno
consiga
escapar de la
matanza."
31
Yo los hubiera
agarrao
a los que el bote
se llevan;
justo es que a
todo se atreva
el hombre que hace
la guerra;
cuando pisaron en
tierra
debió principiar
la leva.
32
No meto en esta
coplada
a todos, pa no
cansarlo;
pero debo
confesarlo,
amigo, y se lo
confieso,
yo le saqué los
diez pesos
al cuadro, tanto
mirarlo.
33
Cuente si son
"treinta y tres",
Si en mi cálculo
no yerro:
con ésta mi carta
cierro,
amigo, me planto
aquí.
Ni Cristo pasó de
allí
ni tampoco Martín
Fierro.
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