En las Islas Baleares (Pollensa) alrededor del siglo XVI los
campesinos mallorquines usaban largos calzones de amplio vuelo similares a
nuestra bombacha de campo. La migración de mallorquines a Sudamérica tomo
relevancia recién en 1880.
Los vascos a Uruguay
arriban durante la presidencia de Rivera en 1834, y en 1835 el pintor francés
Fisquet cuenta que se les reconocía por su vestimenta (boinas), nada dice de
sus pantalones, por lo tanto la imagen del vasco lechero, con faja boina y
bombacha, sería un hábito adquirido por estos pagos.
Los viajeros ingleses, que
cada vez con más frecuencia y casi siempre con intereses comerciales visitaban
estas tierras, se referían en sus escritos al chiripá y a los calzoncillos de
los gauchos, como una "vestimenta a la turca"; especie de
"anchos pantalones como los que usan los turcos" y otros semejantes.
Desde las guerras napoleónicas en adelante, Inglaterra fue aumentando su
presencia colonialista en tierras del Mediterráneo oriental, del norte
africano, Europa y en Asia (incluso la India), sus tropas coloniales venían
adoptando el uso de aquellos "bombachos" o "pantalones
turcos". Cuando menos ellos, como los franceses, los conocían muy bien,
eso explica el por qué en 1843 ya se vendieran "pantalones turcos" en
los comercios de Montevideo.
A comienzos de 1843,
Montevideo tenía 31.000 habitantes, incluyendo 21.854 inmigrantes, de los
cuales 10.000 habían llegado en los últimos cuatro años. Había 6376 italianos
y 3000 españoles, 25 % de la población era francesa (50% del ejército
colorado). Muchos estuvieron en los ejércitos de Cerdeña y en el ejército
francés en Crimea y Argelia. ¿Cuántos traían como ropa habitual estos famosos
pantalones? Lindolfo Cuestas. (18º Presidente Constitucional del Uruguay), se
refería en una nota, a las bombachas que ya habían aparecido por Montevideo y
que no tardarían mucho en popularizarse entre nuestros militares de campaña.
En Marzo de 1856, se firma
el Tratado de Paz que da fin a la Guerra de Crimea, que enfrentó a las fuerzas
de aliadas de Gran Bretaña, Francia, Turquía y Cerdeña contra Rusia. Siendo
presidente de la Confederación Argentina Juan José de Urquiza, el representante
diplomático francés ante el gobierno de Paraná (Argentina), Charles Lefebvre de
Bécour, informó que su país estaba en condiciones de vender a un precio muy
conveniente 100.000 bombachas que habían sido fabricadas para el ejército turco
y que como consecuencia de la paz, se habían convertido en rezago militar.
Urquiza, (Genio militar argentino, hábil comerciante) , ni lento ni perezoso se
entusiasmó con la forma de pago que era el trueque por productos del país,
logró la aprobación de la compra por parte del gabinete y se aceptó la oferta
de las bombachas originariamente destinadas al ejército turco.
Imaginémonos lo que
significa esta cantidad, con 31 mil habitantes en Montevideo y 90 mil en Buenos
Aires, había bombachas "como para repartir" y de hecho así fue. Todas
las bombachas fabricadas por los franceses eran del color del uniforme turco,
el gris ojos de perdiz y el color blanco sucio o isabelino (perla). En 1851 se
difunden en forma generalizada, los ponchos que vendían en las pulperías eran
fabricados por la industria británica y no por lo telares locales. Tanto la
bombacha fabricada en Francia como el poncho eran importados.
El escritor Francisco
Centeno, (argentino) relata que siendo niño, en octubre de 1867, conoció a
Felipe Varela
Galopa en el horizonte,
tras muerte y polvareda;
porque Felipe Varela
matando llega y se va.
y describe su vestimenta de esta manera:
"Vestía pantalón-bombacha, chaquetilla militar con alamares y calzaba
botas de caballería". La bombachas usadas en aquel entonces eran bastante
anchas, de tres paños, similar al uniforme Zouave.
No obstante, hasta nuestros
días, existe una marcada diferencia en el ancho de la bombacha, así como
también en el uso de colores y texturas, bastante más conservadoras en nuestro
país que en la otra orilla. Los gustos predilectos siempre fueron el gris
mezclilla oscura, sufrida, el negro, el "bataraz" o "pie de
poule" y más tarde, el color "gabardina".
Alberto Moroy
En nuestra frontera es una prenda muy común inclusive de uso diario en plena ciudad y he visto mujeres bien vestidas en plena fiesta con atuendos parecidos, como si la moda se hubiera inspirado en el hombre que trabaja en el campo.
De yapa les dejo una foto de mi Nieto Enzo - que vive en Quaraí - de sus tiempos de preescolar, acompañado de su amigo Joao (sentado), ambos bien "pilchados" y usando bombachas a lo gaúcho, durante las conmemoraciones de la semana Farroupilha.
© Josadaco
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